La cojera infantil es uno de los motivos de preocupación más frecuentes y una de las principales causas de visita a la consulta del traumatólogo infantil. En este post quiero explicaos, de una manera sencilla, las causas más frecuentes y los signos de alerta ante una cojera en el niño:

  1. Cojera infantil postraumática: es la cojera más frecuente. Los niños se caen de manera muy habitual y pueden hacerse daño como cualquier otra persona. Es muy habitual que el niño sufra una caída jugando y siga caminando y corriendo pero que, al descansar o «enfriarse», ya no quiera caminar o camine cojeando. Esta cojera se debe habitualmente a una inflamación de una articulación (por ejemplo, la rodilla) y cede a los pocos días de manera espontánea, mejorando con antiinflamatorios (tipo Dalsy). IMPORTANTE: si hay mucho dolor tras la caída, hematoma, deformidad o una inflamación importante, hay que visitar al traumatólogo quien muy posiblemente solicite radiografías tras explorar al niño. En ocasiones hay fracturas que deben ser inmovilizadas o, incluso, operadas. En otras ocasiones la lesión puede ser de la placa de crecimiento (epifisiolisis) y deben ser valoradas por el traumatológo infantil para su diagnóstico y tratamiento.
    Fractura de fémur intervenida con agujas flexibles y fijador externo

    Fractura de fémur intervenida con agujas flexibles y fijador externo.

     

  2. Cojera infantil inespecífica: es el segundo tipo de cojera más frecuente y se relaciona con dos causas principales:  a) Sinovitis transitoria: es un proceso inflamatorio de una articulación (normalmente la cadera) secundaria a un proceso infeccioso-vírico previo. Suele debutar días después de un catarro o infección de vías respiratorias, comenzando el niño con una cojera e impotencia funcional de una pierna. La causa de esta cojera se debe a una respuesta del organismo a esa infección, produciéndose inflamación de la articulación con leve derrame articular y dolor. El diagnóstico suele hacerse por descarte y es MUY IMPORTANTE  que el niño no tenga fiebre o mal estado general, ya que, como veremos después, nos hará distinguir un proceso leve de uno grave.

    Típica posición del niño ante una inflamación de cadera por una sinovitis transitoria.

    b)Dolores de crecimiento: durante el crecimiento del niño, suelen producirse dolores en las articulaciones debidas al crecimiento en longitud de los huesos. Estos dolores suelen ser nocturnos y ceder al día siguiente pero también pueden mantenerse y producir una leve cojera.  Habitualmente, la cojera y el dolor suelen ser cambiantes de lugar. El diagnóstico también es de descarte y no hay que realizar pruebas para ello.

    La exploración del niño ante una cojera debe ser completa.

  3. Cojera infantil con fiebre: ante una cojera de rápida evolución de un niño, con mal estado general, llanto irritable y fiebre, MUY IMPORTANTE, hay que acudir al centro de urgencias más cercano. Esta cojera puede confundirse con la sinovitis transitoria o bien puede tratarse de una infección de la articulación o artritis séptica. Suelen presentarse en la cadera y rodilla y es una patología muy grave por lo que debe ser diagnosticada lo antes posible y precisa de limpieza en quirófano y tratamiento antibiótico de semanas. Repito, es muy importante detectar a tiempo los síntomas y realizar de forma urgente una analítica, radiografía y ecografía.

    Infección de cadera en lactante. Se aprecia la gran cantidad de pus en la articulación, precisando de limpieza urgente.

  4. Cojera infantil por dismetría: la dismetría es la diferencia de longitud de las piernas y este motivo también puede producir cojera. No es una cojera dolorosa pero el niño irá «como dando saltos» mientras camina debido a una pierna más corta que otra. Debe ser valorada por el traumatólogo infantil quien explorará al niño y posiblemente solicite una telemetría para medir los milímetros o centímetros de diferencia entra una pierna y otra. En casos de diferencias mayores de 5 milímetros, es posible que se indique una plantilla con un alza para compensar esa diferencia. El hacer un buen diagnóstico y tratamiento repercutirá en evitar deformidades en la columna, ya que una dismetría importante no tratada puede producir una escoliosis compensadora.

    Dismetría en adolescente con escoliosis.

  5. Cojera infantil con aumento de tamaño: si el niño debuta con cojera y al tocarle se nota un aumento de tamaño de la pierna o articulación, hay que visitar al traumatólogo cuanto antes. Un proceso tumoral puede ser el motivo, y el tumor puede ser benigno o, por desgracia, de mal pronóstico, por lo que un diagnóstico precoz es muy importante.
  6. Cojera infantil por enfermedades de cadera: la cadera es la articulación donde se origina la mayor parte de las patologías del niño. Una cojera con dolor en cadera puede ser debida a: a) Enfermedad de Perthes: en ella, el aporte de sangre a la cabeza del fémur se interrumpe por numerosos motivos y el hueso pierde viabilidad. Esta enfermedad se desarrolla en varias fases y debuta con dolor y cojera. Debe ser sospechada por el traumatólogo infantil en cojeras en edades entre los 4 y 8 años, precisando de seguimiento estrecho debido a sus posibles secuelas.

    Enfermedad de Perthes en cadera derecha.

    b) Epifisiolisis femoral proximal: en edades por encima de los 10 años y en niños con problemas de obesidad o alteraciones hormonales, esta patología produce un desplazamiento de la cabeza del fémur y dolor con cojera. Del mismo modo, debe ser sospechada ya que precisa de cirugía para evitar un mayor desplazamiento.

Estos son los motivos más frecuentes de cojera infantil, espero que haya sido de ayuda para una de las preocupaciones familiares más habituales. Recordad que, ante cualquier duda, el traumatólogo infantil es el especialista más indicado para el diagnóstico y tratamiento (si precisa) de la cojera infantil. Si crees que puede ser útil a más gente, por favor, comparte.

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