Casi el 90% de la población ha sufrido alguna vez una fractura de un hueso en su vida. Casi siempre, estas fracturas se han producido cuando éramos niños y, en ocasiones, más de una. El que escribe, se ha roto 6 veces el antebrazo, 1 vez la clavícula y otra vez el tobillo, todas las fracturas entre los 5 y 15 años. Tanto ir al hospital, al final me hice traumatólogo infantil.
¿Por qué son más frecuentes las fracturas en los niños? Varios son los motivos:
- Mayor actividad: aunque esta tendencia está bajando por culpa de los videojuegos y mayor sedentarismo, los niños son por lo general muy activos e inquietos. Esto les supone escalar cualquier obstáculo imposible, tirarse de cabeza en un parque de bolas o hacer deporte al límite. Por ello, están más expuestos a caídas y posibles fracturas.
- Hueso más blando: el hueso del niño es capaz de “doblarse” o deformarse sin llegar a fracturarse. Este tipo de fracturas son las llamadas fracturas en rodete o en “caña de bambú” (porque se asemejan al rodete de las cañas de bambú, como en la imagen inferior) o las fracturas en “tallo verde” (porque son como romper una rama de árbol verde, la puedes romper por un lado si la doblas pero no llega a quebrarse del todo).
- Cartílago de crecimiento: esta es una característica que solo está presente en niños hasta los 17 años y en niñas hasta los 16 años. Es la zona por la que crece el hueso y se llama médicamente fisis. Por eso, las lesiones o “fracturas” de esta zona se llaman epifisiolisis. Hay de varios grados según gravedad, del 1 al 5, pero más del 90% son de grado 1 o 2 y de bajo riesgo.
¿Cómo saber si mi hijo, tras una caída, tiene una fractura?
El dolor, después de una caída, siempre va a estar presente. De hecho, en muchas ocasiones es difícil distinguir una fractura de una simple inflamación. Si el dolor es elevado y hay una gran impotencia funcional, se aconseja realizar una radiografía para valorar el estado del hueso y del cartílago de crecimiento.
En otras ocasiones, la fractura es evidente porque produce una gran deformidad y un hematoma debajo de la piel.
Importante, el famoso esguince de tobillo es muy poco común en los niños y muy frecuente en los adultos. En niños en crecimiento, la zona de crecimiento es más débil que los ligamentos y, por lo tanto, son más frecuentes las epifisiolisis que los esguinces.
Siempre, en caso de duda, se debe pedir atención médica por un traumatólogo infantil.
¿Cómo se tratan las fracturas?
- Si la fractura no está desplazada y es estable: se puede inmovilizar con una férula (una media escayola, lo más habitual) o con una ortesis (como una muñequera o tobillera). Recientemente, hemos adquirido un nuevo material en el tratamiento de las fracturas: los yesos waterproof o escayolas sumergibles. En este tipo de fracturas, permiten el baño con mejor higiene, sin picores ni malos olores, pesan menos, son de colores y mantienen la inmovilización como el yeso tradicional.
- Si la fractura está desplazada: se debe intentar la reducción de la misma. Hoy en día, se realiza esta reducción de los huesos bajo sedación, para evitar el mal recuerdo del dolor. Yo aún tengo en mi memoria a dos traumatólogos encima de mí tirándome de los huesos del antebrazo. Si se consigue una reducción aceptable, se pone un yeso completo para inmovilizar los huesos.
En este punto es importante saber que, aunque la imagen “sea fea”, con los huesos desplazados, en el niño en muchas ocasiones se puede dejar así, ya que los niños tienen una espectacular capacidad de remodelación. Es decir, según la fractura y edad, se puede dejar el hueso con desplazamiento porque sabemos que con el paso de las semanas va a colocarse correctamente. Esto se debe a que la membrana que recubre el hueso, el periostio, mantiene los huesos estables. Esta membrana, que no se ve en la radiografía, es donde residen las células encargadas de formar el callo de fractura y es mucho más fértil en niños. Como ejemplo, esta fractura de muñeca tratada con reducción parcial y su espectacular remodelación al cabo de 2 meses.
- Si la fractura está desplazada y no se pueden reducir los fragmentos: en esta ocasión se debe llevar al niño a quirófano y buscar la mejor reducción. Habitualmente, se colocan agujas “sin abrir la piel” para mantener la reducción del hueso. En casos muy poco frecuentes, se debe abrir la piel para conseguir la reducción. Muchas de las fractura que terminan en quirófano son de codo, la llamada fractura supracondílea.
¿Cómo cuidar una escayola tradicional? Es muy importante seguir estos consejos:
- No mojar: el yeso tradicional no puede ser mojado porque se reblandece y no pierde la humedad. Este problema se evita con las escayolas sumergibles, ya que se secan al aire libre.
- No introducir objetos: he llegado a encontrar 4 euros dentro de una escayola o incluso “lacasitos”. Un objeto dentro de un yeso cerrado puede producir una herida que no se ve, y puede dar incluso infecciones serias.
- Siempre intentar mantener el miembro en alto, para evitar hinchazón y dolor.
El tiempo de recuperación en el niño es mucho menor que en adulto. A más joven, mayor curación. Como ejemplo este caso de una fractura de húmero durante el parto, fijaos la espectacular evolución en 10 semanas.
Para terminar, os voy a dar una serie de consejos personales como padre y traumatólogo infantil:
- Dejad que vuestros hijos jueguen y se diviertan: no deben estar en una burbuja. Deben caerse y volver a caerse, deben interactuar con el medio para ganar agilidad y coordinación.
- Hay que estimular la actividad deportiva, sea la que sea. Tenemos actualmente una terrible epidemia de obesidad infantil, que es mucho peor que una fractura.
- Si tu hijo se ha fracturado varias veces, el brazo, la clavícula, etc., y es un niño activo que se ha caído antes de fracturarse, no debes preocuparte. En estos casos son fracturas normales y no se han producido por un déficit de calcio ni por una enfermedad. Solo debemos preocuparnos si la fractura se ha producido en zonas poco frecuentes o con gestos muy suaves, como un estornudo, coger al niño por el brazo, etc. En esos casos, se debe solicitar atención médica siempre.
- Debemos evitar los parques de bolas: sobre todo si hay muchos niños. El parque en sí no es el motivo, pero los niños saltan de varias alturas y caen sobre otros niños. Una gran parte de las fracturas que terminan en cirugía vienen desde el parque de bolas de un cumpleaños.
- Ante un dolor importante, inflamación, cojera o impotencia funcional: consultad con un traumatólogo infantil. Las radiografías de los niños son muy difíciles de interpretar y en muchas ocasiones se tratan como fracturas cosas que no lo son y viceversa.
Espero que este artículo en colaboración con @tutete os haya ayudado a resolver las dudas más comunes acerca de las fracturas infantiles. Para cualquier consulta, os dejo mi correo electrónico: consulta@drlopezmartinez.com, o mis redes sociales: Instagram, Facebook y Twitter.
¡Muchas gracias!