La aparición espontánea de un bulto en la mano o en la muñeca es motivo de preocupación para muchos pacientes y de consulta con el traumatólogo. En este artículo voy a explicar todo lo que considero necesario conocer en estos casos.
¿Qué es un ganglión? Es un quiste, relleno de un líquido transparente. De hecho, si ponemos una linterna cerca del ganglión se «ilumina» este quiste. El líquido del cual se rellena este quiste es el líquido de las articulaciones cercanas. Su localización más habitual es en la muñeca, junto a la arteria radial o «arteria del pulso», y en el dorso de la mano. No son infrecuentes tampoco en el dorso del pie.
Ganglión en dorso de mano
¿Por qué se producen? Los motivos son muy variados y hay muchas teorías. Lo cierto es que en la gran mayoría de los casos no se sabe el por qué de su aparición. Trabajos de repetición, traumatismos, deporte, etc., son varios de los motivos que se suelen asociar a su aparición. Habitualmente, estos gangliones no duelen. El paciente consulta por el bulto, pero no suele consultar por dolor.
¿Cómo debemos actuar ante un ganglión? Su traumatólogo valorará varios factores:
-Localización: lugares poco frecuentes nos deben alertar.
-Tamaño: un gran tamaño sí puede producir síntomas.
-Limitación funcional: si el ganglión produce limitaciones en la vida del paciente, la «tranquilidad» ante un ganglión cambia.
Ganglión en cara anterior de muñeca
En casos necesarios, lo habitual es solicitar una ecografía o realizarla en consulta si disponemos de ella. Si efectivamente es un ganglión, en esta exploración se verá que está relleno de líquido y nos tranquilizaremos.
Nota informativa: la palabra tumor es sinónimo de bulto. Es decir, si el algún momento el médico pronuncia la palabra tumor, no debemos alarmarnos, tumor no es cáncer.
¿Todos los bultos en manos, muñecas o pies son gangliones? Por desgracia, no. Aunque mucho menos frecuentes, un bulto puede reflejar otro tipo de patologías, como osteocondromas, angiomas, neurofibromas, etc. Es por ello que siempre debemos consultar con un traumatólogo.
Si ya tenemos diagnosticado el ganglión con la exploración médica y/o ecografía, ¿qué debemos hacer? Si no molesta, no hay que hacer nada. Es importante saber que el ganglión puede variar, puede aumentar o disminuir de tamaño, puede molestar y dejar de hacerlo o puede cambiar su forma. Yo, personalmente, tengo uno en mi mano y no me molesta nada.
Como traumatólogo, me gusta explicar todo esta información a mis pacientes para evitar una búsqueda «peligrosa» por internet. Hace muchos años, los médicos de antaño, cogían un pesado tratado de medicina y «reventaban» el quiste del paciente por el método «animal». Por suerte, ya no se tratan así.
El ganglión se puede evacuar con una aguja de gran calibre, ya que el líquido es muy espeso, pero habitualmente vuelve a rellenarse. Solo en casos de molestias elevadas o gran tamaño con limitación funcional o estética, el traumatólogo puede valorar la cirugía. Esta cirugía consiste en la extracción del quiste y el cierre de su conducto, por donde entra este líquido que lo rellena.
Disección del ganglión en cirugía
El principal riesgo de la cirugía, además de conocer bien la zona a operar, es la recidiva. No es infrecuente que a pesar de una cirugía limpia y efectiva (imagen inferior), el líquido siga generándose en exceso y busque su salida formando un nuevo ganglión. El paciente debe saber que este riesgo existe para no alarmarse ni decepcionarse si esto ocurre.
Extracción completa del ganglión
En resumen, en casos de bultos «raros», acuda a su médico quien le derivará a su traumatólogo. Una correcta exploración y una ecografía nos darán el diagnóstico definitivo y evitaremos «sustos».
Espero que este artículo haya podido ayudar a los pacientes preocupados por esta patología tan frecuente. Pueden seguirme en mis redes sociales Facebook, Twitter e Instagram o consultarme a través del correo electrónico: consulta@drlopezmartinez.com
¡Gracias!