¡Hola! Hoy escribo sobre una pregunta que se repite a diario en la consulta de traumatología infantil: ¿qué calzado es el mejor para mi hijo?
Comenzamos haciendo un breve recuerdo de la evolución del pie de los niños, que podemos leer algo más extendido en este artículo del pie plano infantil. Al nacer, el pie habitualmente es plano. Este pie plano infantil es un pie normal, es decir, que lo extraño sería que el pie naciese con puente. En ese caso, sería un pie cavo y precisaría de pruebas tipo resonancia magnética para descartar alteraciones de columna vertebral.
El pie plano, con el paso de los años, irá progresivamente formando el arco plantar, es decir, el puente. En muchas ocasiones, va acompañado de una deformidad del tobillo llamada tobillo valgo. Es por ello que se llaman pies planos valgos.
Estos pies planos valgos suelen ser pies normales sin apoyo y se «aplanan» y se «deforman» al ponerse de pie. En este caso, es muy importante ver si la deformidad es flexible. Esto puede comprobarlo su traumatólogo infantil valorando la movilidad del retropié (articulaciones de la parte del talón del pie) o poniendo al niño de puntillas para valorar si corrige esta deformidad. En casos favorables, el retropié es flexible y se llaman pies planos valgos flexibles.
Pues bien, estos pies son totalmente normales hasta una edad prudente, sobre los 10 años. Dependerá mucho la evolución del pie de factores como:
1.Antecedentes familiares: de padres de pies planos o cavos, los niños pueden heredar esta condición.
2.Sobrepeso: en casos de obesidad, y debido a la flexibilidad del pie de los niños, se «hunden» más las articulaciones y perdura más el pie plano. El sobrepeso es malo en todo los sentidos; para los pies también.
Por lo tanto, un pie plano flexible en edad infantil se considera normal, siempre y cuando no haya dolor o limitación. Y esto es importante, porque habitualmente no haremos ningún tratamiento agresivo a los niños si no tienen dolor.
Entonces, ¿qué podemos hacer para ayudar a nuestros hijos? En casa, y siempre que se pueda, dejar que los niños caminen descalzos. Si, descalzos, y con calcetines antideslizantes en invierno. Por suerte, los virus y los resfriados no entran por los pies.
Imagen www.metodocanguro.com
Además, ¿qué hacen siempre los niños al llegar a casa? Quedarse descalzos, sus pies se lo piden; hagámosle caso.
¿Algún ejercicio para el pie plano? Si, el niño, además de caminar descalzo, puede hacer ejercicios de caminar de puntillas para corregir el valgo y estimular la formación de arco plantar. No está demostrado pero no es perjudicial.
¿Plantillas? En casos de niños sanos, sin dolor, en edades entre los 0-10 años aproximadamente y con exploración normal, no las recomiendo porque es de esperar una mejoría progresiva. Las plantillas no han demostrado «curar» el pie plano pero es importante remarcar que no perjudican y que mejoran la biomecánica.
El problema de las plantillas es que hay que hacer un gasto económico, que se quedan pequeñas en poco tiempo y se «gastan» por la gran actividad de los niños. Además, en medios como donde vivo y trabajo (Murcia), donde tenemos prácticamente 6 meses de verano, ¿qué hacemos con el calor que dan los zapatos cerrados?
Mi consejo es que se pongan plantillas cuando sean necesarias, cuando la exploración sea patológica o cuando haya un dolor o limitación. En estos casos, el traumatólogo infantil derivará el paciente al podólogo para su tratamiento.
¿Qué marca de zapatos es la mejor? Los padres, con la intención de dar lo mejor a sus hijos, son capaces de gastar mucho dinero en el calzado de sus hijos. Pablosky, Biomecanics, Camper, Gioseppo, etc., hay miles de marcas de calzado para niños. Mi consejo: calzado flexible y de temporada. Nada de zapatos rígidos o botas en verano.
«A mí me pusieron zapatos ortopédicos de pequeño y se me corrigieron los pies planos»: sin ellos, también se habrían corregido. Además, los zapatos ortopédicos son estéticamente peores, pesan más y, demostrado, afectan a la autoestima de los niños.
Frases como «mi hijo quiere ir todo el día con botas de fútbol» o «mi hija quiere llevar zapatos de flamenca todo el día» también se repiten a diario en la consulta. ¿Son perjudiciales? Obviamente, y tras lo comentado, no es el mejor calzado para nuestros hijos pero, llevado de forma ocasional, no pasa nada. Si los niños quieren, pueden llevarlos pero poco tiempo. El resto del tiempo, descalzos o con calzado flexible.
Además, y hablando de botas de fútbol, en niños debemos evitar las botas «de tacos». Los niños que juegan al fútbol federados juegan habitualmente en césped artificial. Para esta superficie y para evitar lesiones (muy graves en ocasiones) se ha demostrado que la mejor bota es la multitaco. Será difícil hacerles ver que no pueden llevar tacos como sus ídolos pero, como habitualmente se dice, mejor que llore un poco nuestro hijo y no lloremos nosotros por una lesión de gravedad.
Imagen www.nike.com
Esto es todo lo que he considerado de interés general en cuanto al calzado infantil. Espero haber sido de ayuda. Si os interesan este y otros temas relacionados con la traumatología infantil y deportiva, podéis seguirme en mis redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram. ¡Gracias!