Esta frase es uno de los motivos de consulta más frecuentes en la consulta del Pediatra y, posteriormente, del traumatólogo infantil. El motivo de consultar al médico es que los padres, normalmente, tienden a comparar la forma de caminar de su hijo con la de otros niños y cada uno lo hace de una manera, al igual que lo hacen los adultos o hay gente más alta o más baja. También suelen consultar por caídas frecuentes debido a esta forma de caminar.
Figura 1. Niña con marcha en rotación interna.
Lo importante a realizar en consulta es distinguir la marcha con los pies hacia adentro que es normal (fisiológica) o aquella que es patológica.
Figura 2. Típica posición en el suelo de niños que caminan con los pies hacia adentro por una mayor rotación de cadera.
Cuando vemos en consulta un niño, conviene dejarle en ropa interior y hacer una exploración rápida pero completa. Del mismo modo, conviene ganarse la confianza del niño para que colabore, cosa que no siempre es posible por motivos de tiempo en consulta.
Una vez realizada la exploración general, hay que ver al niño caminar descalzo. Es muy frecuente que el niño que camina con los pies hacia dentro, una vez en consulta, haga todo lo posible por poner el pie recto y caminar como le dicen los padres. Es por ello que normalmente se pide a los padres que graben a los niños un día normal para ver como caminan sin estar influenciados por la consulta y por el médico.
Al abordar una marcha en rotación interna (pies hacia dentro) tenemos que saber que se puede producir por 4 causas:
1. Anteversión femoral: se explora al paciente boca abajo y se valora la rotación interna de la cadera. En niños (normalmente más en niñas) se puede ver como pueden llegar a tocar la camilla en rotación interna. Por este motivo, debido a que la cabeza del fémur mira hacia delante más de lo normal, se rota internamente la pierna para compensar. Estos niños tienden a sentarse en W cuando están en el suelo, teniendo dificultad para sentarse en “posición de indio”. Se puede aconsejar a los padres que eviten que los niños se sienten en W, aunque será la naturaleza la que lo haga por sí sola. Normalmente esta condición (no es una enfermedad) tiende a corregirse progresivamente pero a largo plazo, es decir, a varios años vista.
Figura 3. Exploración de paciente con anteversión femoral aumentada.
2. Torsión tibial interna: del mismo modo, con el paciente boca abajo, de valora la rotación de la tibia mediante la medida del “ángulo muslo-pie”, siendo el segundo motivo en frecuencia de la marcha con los pies hacia dentro.
Figura 4. Torsión tibial interna.
3. Metatarso aducto: en este caso, la marcha en rotación interna se debe a la forma del pie, con la parte anterior del pie hacia dentro. En lactantes, en casos de deformidad rígida, se aconsejan movilizaciones y botas tipo “Bebax” para su corrección.
Figura 5. Ortesis tipo bebax para metatarso aducto.
4. Otros motivos como el “dedo explorador”, que es un dedo pulgar que se separa y va hacia adentro, dando la impresión de meter el pie al caminar.
Figura 6. Dedo explorador (dedo gordo pie izquierdo).
Se pueden dar varias de las causas al mismo tiempo, habitualmente son la anteversión femoral y la torsión tibial los más frecuentes.
¿Cómo puedo corregir esto?
Es importante saber que no hay nada que pueda corregirlo. Los numerosos aparatos que se han usado (y se usan actualmente) no sirven para corregir la forma del hueso, y solo causan gasto económico y pérdida de autoestima en el niño, ya que son pesados y estéticamente horribles. Es por ello que hay que explicar a los padres que la biología tiende a corregir la forma de caminar y que hay que saber que no todo el mundo camina con los pies perfectamente rectos, sin por ello causar ninguna limitación.
Además, a modo anecdótico, los niños con los pies hacia dentro son más rápidos en la carrera.
La única forma de corregir la marcha en rotación interna es la cirugía, que se reserva para casos severos y habitualmente asociados por problemas neurológicos. Esta cirugía es una cirugía de envergadura que consiste en cortar el hueso y derrotar, para conseguir la mejor forma de caminar y que conlleva de largos períodos de recuperación y de placas o agujas para fijar el hueso.
Figura 7. Cirugía de derrotación de tibia y fémur.
¿Cuándo debemos consultar al traumatólogo infantil?
- En caso de dudas.
- En niños con empeoramiento progresivo de la marcha.
- En caso de grave limitación funcional.
- En pacientes con antecedentes neurológicos (por ejemplo, parálisis cerebral).
Recordad, no hay aparatos que corrijan la forma de caminar ni zapatos de marca, la biología será la responsable de modificar la forma alterada de caminar con los pies hacia adentro. Su traumatólogo infantil será el encargado de valorar si la marcha en rotación interna es normal o patológica.
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