La marcha en puntillas es otro de los grandes quebraderos de cabeza de muchos padres y otro de los motivos de consulta más frecuentes en traumatología infantil.
Cuando el niño comienza a caminar, no es infrecuente que el niño se sienta más cómodo caminando de puntillas. Va más rápido caminando así y, además, puede llegar a tocar más cosas al ser más alto. El problema comienza cuando esta es la marcha normal del niño, y nunca camina de forma normal.
¿Por qué se produce esta forma de caminar de puntillas? Hay tres motivos principales:
1.Por vicio: es lo más habitual, el niño comienza de forma inconsciente y sigue de esta forma. Las articulaciones de los pies en el niño son muy flexibles y, por este motivo, el pie suele ser plano. Debido a esto, al aplanamiento de las articulaciones, al niño le cuesta más trabajo caminar de forma normal que de puntillas. En este artículo del pie plano infantil explico los motivos.
2.Por acortamiento del tendón de Aquiles: este motivo puede ser una causa de la marcha en puntillas o una consecuencia del «vicio» del niño. Si la marcha en puntillas se hace «crónica», se puede acortar el tendón de Aquiles y ser este el problema.
3.Por acortamiento de los gemelos: el tríceps sural incluye los gemelos y el músculo sóleo. En algunos casos de la marcha en puntillas, el motivo es el acortamiento de este grupo muscular.
Para distinguir el motivo de la marcha en puntillas, se debe acudir a la consulta del traumatólogo infantil. Este profesional, mediante la exploración clínica, podrá valorar lo siguiente:
- El niño, si se le pide, puede caminar con el «talón y la punta», es decir, de forma normal. Estos casos de marcha en puntillas son por «vicio». En este vídeo se puede comprobar como el niño corrige cuando él quiere. De hecho, es muy habitual que en la consulta el niño camine de forma normal y, nada más salir, vuelva a caminar de puntillas (poniendo de «los nervios» a sus padres).
- Maniobra de Silfversköld: esta maniobra con un nombre tan raro es muy importante para el traumatólogo infantil. Con el niño acostado boca arriba, el traumatólogo infantil valorará la flexión dorsal de ambos pies y, mediante la flexión de la rodilla, podrá saber si el motivo de la marcha en puntillas (si lo hay) es debido al acortamiento del tendón de Aquiles o de los gemelos.
Ahora, una vez diagnosticado (no son necesarias las pruebas complementarias, solo la exploración), ¿cómo se trata la marcha en puntillas?
El tratamiento es muy sencillo:
a)Hablar con el niño: en aquellos casos de marcha en puntillas por vicio en niños mayores de 4-5 años y «que entienden», hay que explicarles que deben caminar correctamente para evitar usar aparatos y una cirugía. En algunos casos, pocos a decir verdad, me hacen caso.
b)Fisioterapia: es el tratamiento «estrella». Es el tratamiento en aquellos casos de acortamiento de Aquiles o de gemelos y también la prevención en los casos viciosos. El fisioterapeuta tratará y proporcionará ejercicios para trabajar en casa el estiramiento muscular y tendinoso.
Por ejemplo, poner el pie en un bordillo y estirar la parte posterior de la pierna. Caminar con los talones es otro ejercicio fácil de enseñar y muy efectivo.
En algunos casos, reservados, se podrá intentar también el tratamiento con toxina botulínica para relajar la musculatura acortada. También, en casos seleccionados, se pueden intentar colocar aparatos (ortesis tipo DAFOs) para su colocación nocturna o en el calzado aunque no suelen ser bien tolerados por los niños.
c)Cirugía: reservada a los casos de niños mayores (aproximadamente) de 5 años y con acortamiento severo del tendón de Aquiles o del tríceps sural (gemelos) y siempre cuando el tratamiento de fisioterapia no haya sido efectivo. De todos los casos de marcha en puntillas que llegan a consulta, menos del 5% terminan en cirugía con un buen tratamiento.
Si el motivo es el acortamiento del tendón de Aquiles, hay que alargarlo. Esto se hace de forma abierta, haciendo como una Z, como muestro en este vídeo de alargamiento del tendón de Aquiles. Si se debe a un acortamiento de los gemelos, la incisión se realiza más arriba y se alargan las fibras blancas (no musculares) de los gemelos y sóleo.
Después de la cirugía, se coloca una escayola con el pie colocado de tal forma que, tanto el tendón de Aquiles como los gemelos, «curen» con una forma más alargada. En una gran mayoría de casos, con la cirugía, el niño no vuelve a caminar de puntillas (aunque hay infrecuentes casos de recidivas).
Es importante que esta cirugía sea realizada por traumatólogos con experiencia en patología infantil ya que, si no queremos que nuestro niño camine de puntillas, es peor aún realizar un alargamiento excesivo que entorpece y hace muy dificultosa la marcha normal.
Espero haber aclarado dudas en torno a este motivo tan frecuente de consulta y que haya sido de ayuda este tiempo invertido en divulgar información. Podéis seguirme en mi redes sociales, Facebook, Twitter e Instagram. ¡Gracias por compartir!