Día tras día, en consulta de traumatología, se repite esta pregunta: «Doctor, me crujen los huesos. ¿A qué se debe?» Estos chasquidos articulares son un motivo de preocupación constante y sobre todo lo son con los niños, ya que los padres piensan que puede deberse a un problema.
Debemos saber que los chasquidos o crujidos articulares son muy comunes en toda la población. Suelen ser muy frecuentes en las manos, en el cuello y en las rodillas. Quizá la pregunta más importante cuando nos enfrentamos a un chasquido articular es la siguiente: ¿Duele?
- Sí, producen dolor: debemos preocuparnos.
- No, no duelen: 99,9% de chasquidos normales
¿Por qué se producen los chasquidos articulares? Este sonido se debe al fenómeno de la cavitación, por el cual en el líquido de las articulaciones (líquido sinovial) se produce la liberación de gases y con ello el sonido tan característico al explotar esas burbujas. Por este motivo, en muchas ocasiones, podemos provocar ruido al crujir los dedos de la mano, por ejemplo, pero a continuación ya no podemos, hasta que pase un tiempo.
En este enlace de Youtube podemos ver ese fenómeno de la cavitación en una resonancia magnética en vídeo.
Como veis, este fenómeno de la cavitación es un proceso normal por lo que si no hay dolor no debemos preocuparnos. Diría más, raro es encontrar una persona que no tenga chasquidos articulares nada más levantarse por la mañana.
Cuando una articulación lleva tiempo sin moverse (por la noche) se acumula mucho gas en ese líquido articular y se produce una limitación de movimiento. Es en estos casos cuando, al realizar el chasquido, encontramos alivio. Realizar este chasquido, de forma controlada, es lo que realiza un fisioterapeuta.
Pero no todos los chasquidos son normales, algunos se producen con dolor asociado. En estos casos sí debemos preocuparnos y debemos acudir al traumatólogo. Estos chasquidos dolorosos pueden deberse a:
-Cuerpos libres articulares: también llamados «ratones» articulares. Son fragmentos de cartílago que quedan nadando en la articulación y cuando se interponen entre un hueso y otro producen un chasquido con dolor. También pueden producir bloqueos de la articulación y suelen precisar de cirugía (habitualmente por artroscopia para su limpieza). En casos degenerativos también son comunes, como en la artrosis.
-Enfermedades articulares: como una sinovitis villonodular, en la que se producen cientos de cuerpos libres en la articulación.
-Lesiones de menisco: un menisco roto puede girarse sobre sí mismo y producir un dolor severo con crujido de la rodilla. Suele deberse a las llamadas lesiones en asa de cubo o a meniscos mal formados llamados meniscos discoideos, típica causa de dolor de rodilla en niños. En este artículo podéis leer más acerca de las lesiones de menisco y su tratamiento (no siempre hay que operarlas).
-Subluxaciones o luxaciones articulares: cuando dos huesos que están unidos formando una articulación pierden esta relación, se produce un chasquido y dolor severo.
-Articulaciones en resorte: es muy común en los dedos en resorte o en gatillo, como explico en este artículo, y también en la cadera (cadera en resorte). Suelen ser dolorosos. En el caso de los dedos se deben al engrosamiento de una polea que impide el correcto paso del tendón y en el caso de la cadera se debe al salto que realiza el músculo tensor de la fascia lata sobre el trocánter del fémur.
-Pacientes hiperlaxos: en estos pacientes el chasquido puede cursar con o sin dolor y se debe al movimiento y recolocación de los tendones por excesiva elasticidad. Suele ocurrir en enfermedades como el síndrome de Ehlers-Danlos.
Ante un chasquido que no produce dolor, no debemos realizar ninguna prueba añadida. En casos dolorosos, sí que necesitaremos una visita con el traumatólogo quien valorará si, además de una exploración detallada, se necesitará de alguna prueba tipo radiografía o resonancia magnética.
¿Cómo prevenir o mejorar esos chasquidos articulares? En casos de chasquidos frecuentes y preocupación por ese sonido tan molesto, en ausencia de patología, debemos estar bien hidratados siempre y ponernos en manos de un fisioterapeuta para liberar partes blandas y mejorar la amplitud de movimiento de las articulaciones.
En algunos casos «normales» pero con crujidos molestos, podemos optar por «lubricar» la articulación con una infiltración de ácido hialurónico. No perjudica a la articulación y mejora estos chasquidos, ya que es como «un buen aceite para un motor de coche que hace ruido». Que no te engañen, de momento ningún compuesto tipo colágeno ni cartílago de tiburones ha demostrado (de forma seria) mejorar las articulaciones. Lo explico mejor en este artículo acerca de la condromalacia rotuliana.
Entonces, ¿es malo crujirnos las articulaciones de forma voluntaria? Como he comentado anteriormente, en ocasiones es necesario ya que, debido a la inmovilización, se acumulan muchos gases en el líquido articular y necesitamos realizar ese chasquido para poder mover mejor.
En 2004 se publicó un artículo curiosísimo, el científico (algo loco) Donald Unger se realizó 36500 chasquidos en las articulaciones de su mano izquierda durante 50 años, mientras que en la mano derecha no (alguno ocasional e involuntario). 5o años después, se estudió sus propias manos y estaban en igual situación en cuanto a degeneración articular.
Hay más publicaciones y artículos al respecto, y todos concuerdan que realizar chasquidos intermitentes no ha demostrado que sea perjudicial para las articulaciones, ni en niños ni en adultos. Lo que no es aconsejable es autoprovocarnos continuamente el chasquido ya que podemos conseguir que la articulación quede holgada, que los ligamentos pierdan algo de tensión y provocar degeneración de la articulación.
Espero haber ayudado a resolver esta duda tan común en consultas de traumatología de adultos, traumatología infantil y medicina en general. Si te ha gustado este artículo, ¿pueden compartirme por favor? Podéis seguirme en mis redes sociales Facebook, Twitter e Instagram o podéis contactarme vía correo electrónico: consulta@drlopezmartinez.com
¡Muchas gracias!