¿ Puedo usar el tacatá con mi hijo, doctor? Esta es una de las preguntas que más veces he escuchado en mi consulta de traumatología infantil.
Es muy frecuente la preocupación de los padres por el andar de sus hijos. Los niños no son relojes suizos y no todos tienen el mismo desarrollo o la misma evolución, al igual que unos son rubios y otros morenos o pelirrojos. Por ello, unos niños gatean antes y otros después, otros no gatean y directamente se ponen de pie, unos niños andan a los 9 meses y otros a los 16 meses; cada uno, a su ritmo.
Por lo tanto, como traumatólogo infantil no aconsejo el uso de tacatá o andador. El tacatá se usa con el fin de estimular el caminar de los niños pero, como os he comentado, cada niño tiene un reloj biológico y no necesita ser estimulado. Poner tacatá a un niño que apenas ha gateado es como regalar un Ferrari a una persona sin carnet de conducir, no está preparada.
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¿Qué problemas puede producir el tacatá? Los siguientes:
-Deformidad de piernas: habitualmente los niños de meses caminan con las piernas arqueadas, en varo. El hecho de comenzar a caminar con un soporte externo como el tacatá, debido a lo blando de sus huesos, puede hacer que sus piernas se deformen aún más y sean más arqueadas. Os lo cuento en este artículo sobre el genu varo y valgo en niños.
-Fractura de los primeros pasos: este fractura es muy conocida por los traumatólogos infantiles y es frecuente en los niños que comienzan a caminar de forma natural y que de repente dejan de hacerlo y lloran. Al igual modo que con el arqueamiento, debido a lo «blando» de su hueso éste puede llegar a «fisurarse» y producir dolor. Si esto ocurre en niños preparados para caminar, imaginaos lo que puede ocurrir en niños cuyos huesos están menos preparados.
-Accidentes: un niño con tacatá solo se desplaza hacia delante empujándose. Con ello, solo puede frenar cuando choca contra algo, habitualmente la mesa del salón (con la cabeza), la pared u otros objetos. Es relativamente frecuente la caída por las escaleras con el tacatá y las lesiones pueden ser bastante graves, sobre todo traumatismos craneoencefálicos. Este punto es el más importante de este artículo. Además, llegan a lugares y a alturas que no llegarían habitualmente con lo que pueden coger objetos voluminosos, etc.
-Desarrollo motor: el niño que se desarrolla con normalidad comienza con una fase de gateo, seguida de una fase de ponerse de pie y comenzar a caminar lateralmente agarrándose para después caminar poco a poco. Con el tacatá se elimina la segunda fase, y el niño no se desarrolla a nivel muscular y coordinativo como debería.
«Pero, yo llevé tacatá y estoy perfecto». Si, y yo también. Al igual que no todo fumador muere de cáncer de pulmón ni toda persona que va a 200km/h en carretera tiene un accidente. Cada vez conocemos más cosas y hay más publicaciones. En cuanto al uso del tacatá, pediatras y traumatólogos infantiles estamos de acuerdo en que debería estar prohibido. De hecho, países como Canadá han prohibido su venta y fabricación.
Quizá, en tiendas de venta de productos, digan todo lo contrario. Es similar a las tiendas de calzado infantil, yo siempre defenderé que el mejor calzado para un niño es ninguno, como os cuento en este artículo sobre el calzado infantil. Recordad, cada niño tiene un ritmo biológico y no hay que apresurarse en acelerarlo.
Este artículo va dirigido al niño sano, sin problemas neurológicos. En niños enfermos, como en casos de parálisis cerebral, sí es posible que necesitemos de andadores cuando son mayores, para estimular la bipedestación, con ayuda de rehabilitadores y fisioterapeutas. Es por ello que, ante cualquier duda, lo mejor es preguntar a su traumatólogo infantil o pediatra en cuanto a estas cuestiones de la marcha para descartar cualquier problema.
Espero que os haya quedado clara esta cuestión, que tan frecuentemente se repite en mi consulta. Si os ha gustado, ¿me compartes para que esta información llegue a más padres? Podéis seguirme en mis redes sociales, Facebook, Twitter e Instagram. ¡Muchas gracias y no compréis tacatá!