El ligamento cruzado anterior (LCA) es el principal estabilizador de la rodilla. Todos lo conocemos por la lesión en los futbolistas ⚽️. Asenjo, portero del Villarreal, la ha sufrido 4 veces. Canales, tres roturas de LCA. Valdés, ex-portero del Barcelona, en su mejor momento de forma sufrió la rotura del LCA que le privó de ser el portero de la selección española y ganar el mundial (🎥vídeo del momento de la lesión).
La rodilla tiene varios ligamentos: ligamento cruzado anterior (LCA), ligamento cruzado posterior (LCP) y ligamentos laterales interno y externo. A su vez, el LCA y LCP están formados por dos ligamentos cada uno. Todos, junto con los meniscos, estabilizan la rodilla. De todos ellos, el más importante es el LCA.
Hay una serie de factores que predisponen a ciertas personas a sufrir esta lesión:
1.Sexo femenino: esta lesión es más frecuente en mujeres.
2.Genu recurvatum: rodillas «más atrás» de lo normal.
3.Genu valgo o rodillas en X: aspecto modificable en edad de crecimiento como podemos ver en este 📝 artículo.
4.Sobrepeso.
5.Atrofia muscular de cuádriceps o isquiotibiales.
6.Lesión previa de LCA: si hemos sufrido una rotura del LCA, es más probable que suframos otra.
7.Deportes de riesgo: como puedes ver en este artículo de los 🏂 deportes de invierno.
8.Surco femoral estrecho.
9.Rótula alta.
De todos estos factores de riesgos de sufrir una lesión del LCA, pocos son modificables. Es decir, solo podemos actuar con:
-Tener un peso adecuado.
-Tener un buen tono muscular.
-Evitar deportes de riesgos: de este punto yo no soy partidario. Mi opinión es que cada persona debe hacer lo que le guste.
-Extremar la rehabilitación en casos de pacientes previamente operados de LCA.
-En casos de «rodillas en X» o genu valgo en edad de crecimiento, modificar el eje para prevenir.
Además, y como se ha demostrado con varios estudios, en equipos deportivos es más que aconsejable establecer protocolos de prevención de lesión del LCA mediante la realización de ejercicios para una correcta coordinación y tonificación muscular (como el protocolo FIFA).
¿Cómo se produce la rotura del LCA?
Lo más habitual es la caída tras un salto con un mal apoyo de la pierna. Este mal apoyo suele ser en valgo, es decir, la rodilla se va hacia dentro. En este enlace (Twitter) podéis ver un vídeo donde un jugador se rompe el LCA al celebrar un gol:🎥 ver vídeo. También puede producirse por una hiperextensión brusca de la rodilla, por una hiperflexión o por un giro forzado.
¿Qué síntomas siente una persona que se roto el LCA?
- Sensación de chasquido interno: el paciente escucha un «crack».
- Inestabilidad de rodilla: el paciente refiere que «le baila» la rodilla.
- Derrame articular: este derrame se debe a que el LCA tiene vascularización (sangre) y al romperse hay un sangrado dentro de la rodilla, en ocasiones muy elevado. Si pinchamos la rodilla y sacamos sangre (hemartros), el diagnóstico será una rotura del LCA en un 95% de los casos.
- Dolor: que puede deberse a la rotura del LCA o a lesiones añadidas.
Como hemos comentado, lo habitual tras una lesión del LCA, es que hayan lesiones añadidas de ligamentos colateral y/o meniscos (la famosa «tríada maligna»), que complican aún más esta lesión.
El traumatólogo, mediante una exploración de rodilla, comprobará la estabilidad de la rodillas mediante las maniobras habituales (Lachmann, cajón anterior y posterior, pivot-shift 🎥 vídeo) y comprobará a su vez posibles lesiones de menisco o ligamentos laterales (signos de McMurray, Apley, maniobra varo-valgo, etc.).
En casos de sospechas elevadas, la prueba a solicitar es la resonancia magnética de rodilla para confirmar el diagnóstico.
Imagen de resonancia magnética con lesión del LCA
Los tipos de lesión del LCA son:
1.Rotura parcial: es un diagnóstico habitual en una resonancia magnética. El LCA está compuesto de dos ligamentos (anterolateral y posteromedial). En ocasiones, solo uno de ellos está roto y el paciente no sufre de inestabilidad.
2.Rotura completa: los dos ligamentos que forman el LCA están rotos.
El tratamiento de esta lesión puede resumirse en dos:
a)Tratamiento conservador (sin cirugía): reservado solo para casos de pacientes con edad mayor de 55 años aproximadamente, baja demanda física o lesiones parciales. En estos pacientes será muy importante una buena rehabilitación y tonificación muscular para estabilizar la rodilla en la medida de lo posible.
b)Cirugía: es el tratamiento estrella y es de obligada realización en pacientes jóvenes o de mediana edad y debe de hacerse cuanto antes. Los últimos estudios científicos han demostrado que en pacientes con rotura del LCA no operados, la tasa de artrosis de rodilla y de lesiones asociadas de meniscos es mucho mayor, por lo que el objetivo es doble con la cirugía: estabilizar la rodilla y prevenir.
Tras la cirugía, el tiempo de recuperación aproximado es de 6-8 meses, en los cuales es básico el trabajo de fisioterapia desde los primeros días. Además, y como hemos comentado previamente, en los paciente que han sufrido rotura del LCA es más probable que vuelvan a romperse por lo que es esencial hacer un buen trabajo de rehabilitación.
Esta cirugía se realiza por artroscopia y para ella hace falta usar un injerto para «imitar» el LCA original que se ha lesionado. Este injerto, habitualmente, se obtiene del propio paciente y se usan habitualmente:
-Tendón rotuliano: con una pastilla de hueso de la rótula, por eso se llama esta técnica H-T-H (hueso-tendón-hueso).
-Tendones de la pata de ganso: semitendinoso y recto interno. Es mi técnica de elección.
-Injerto de cadáver: es más usado en casos de rerrotura del LCA, ya que el paciente ya ha sufrido de la extracción de sus propios tendones.
Cada traumatólogo, en función de las características de cada paciente y su experiencia personal, usará la técnica más adecuada. A su vez, esta técnica por artroscopia puede hacerse de varias formas:
a)Transtibial: en desuso, se realiza un túnel desde la tibia hasta el fémur, recto. No reproduce la anatomía y biomecánica del LCA.
b)Transportal: se hacen dos túneles distintos, uno en fémur y otro en tibia, reproduciendo la biomecánica del LCA.
c)Técnica «todo dentro» o «all-inside». Esta técnica es más demandante para el cirujano pero con ventajas para el paciente: solo es necesario un tendón como injerto (semitendinoso) en lugar de dos, la cortical del hueso se mantiene íntegra en los túneles femoral y tibial y puede realizarse en niños en crecimiento (respetando el cartílago de crecimiento). Es mi preferida.
A su vez, en la cirugía, el traumatólogo podrá ver toda la rodilla desde dentro para reparar el resto de lesiones asociadas, como lesiones de meniscos (como explico en este artículo) o de cartílago. El paciente permanece hospitalizado 1-2 días y comienza la rehabilitación a los pocos días de la cirugía. Para la vuelta deportiva profesional o de exigencia con garantías, la media de tiempo son unos 6 meses.
Esto es todo lo que he considerado de importancia acerca de esta lesión de rodilla tan temida por todos. Recordad que, en varios aspectos, puede ser prevenida. Si os ha ayudado, ¿me compartes por favor? Podéis seguirme en mis redes sociales Facebook, Twitter e Instagram o consultarme a través del correo: consulta@drlopezmartinez.com
¡Gracias!